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Oír para crear: el arte de entrenar el oído musical

¡Hola a todos! Bienvenidos a una nueva entrada en nuestro blog. En los últimos meses hemos explorado una variedad de temas, desde aspectos históricos hasta enfoques más técnicos. Hoy queremos detenernos en uno que, aunque a veces se subestima o incluso genera cierta inquietud, puede marcar un antes y un después en la vida de cualquier músico o cantante: el entrenamiento auditivo.

Imagina por un momento que eres un pintor, pero en lugar de distinguir perfectamente entre el azul celeste y el turquí, solo ves “azul”. O que eres un chef y no puedes identificar los matices entre la albahaca y el cilantro. Suena complicado, ¿verdad? Algo similar ocurre cuando un músico no ha desarrollado plenamente su oído. La música, antes que nada, es un arte sonoro, y nuestro oído es la ventana principal a través de la cual la comprendemos, interpretamos y creamos.

Pero… ¿Qué Es Realmente el Entrenamiento Auditivo?

Lejos de ser solo “dictados musicales” aburridos en un aula, el entrenamiento auditivo es el gimnasio para nuestros oídos. Es la práctica sistemática de afinar nuestra percepción sonora para reconocer, comprender y analizar los elementos de la música solo usando el sentido del oído. Es aprender el “idioma” de la música hasta el punto de poder “conversar” con él, anticiparlo y sentirlo en lo más profundo.

Se trata de desarrollar la habilidad de:

  • Identificar alturas (si un sonido es agudo o grave).
  • Reconocer intervalos (la distancia entre dos notas).
  • Diferenciar entre una escala mayor y una menor (alegría vs melancolía).
  • Percibir ritmos complejos.
  • Y, el santo grial, escuchar una canción y poder descifrar sus acordes y melodías casi de manera intuitiva.

¿Para Qué Sirve Todo Este Esfuerzo?

Un oído bien entrenado es tu mejor compañero de banda, tu profesor más paciente y tu herramienta de composición más confiable, porque te permite:

  • Tocar de oído: ¿Te ha pasado que quieres tocar esa canción que te gusta, pero no encuentras la partitura? Con un buen oído, puedes “estudiarla” directamente del audio.
  • Cantar con mayor afinación: Los cantantes dejan de depender exclusivamente de su sensación interna y comienzan a afinar con precisión, ajustándose a cualquier instrumento o armonía.
  • Improvisar con libertad: La improvisación no es magia; es la capacidad de conectar lo que escuchas en tu cabeza con lo que ejecutas con tu instrumento. Sin un oído entrenado, ese puente se vuelve inestable.
  • Tocar en conjunto de forma más cohesionada: Cuando escuchas activamente a los demás músicos, te sincronizas mejor, ajustas tu dinámica y te conviertes en parte de un todo sonoro, no en un solista aislado.

Iniciar en el entrenamiento auditivo es como aprender a leer de nuevo, pero con sonidos. Al principio, puede ser frustrante y los estudiantes a menudo se enfrentan a retos como:

  • La “desorientación” sonora inicial: Muchos llegan sin poder distinguir claramente si una melodía asciende o desciende, o cuántos sonidos tiene una frase corta. Es normal. Nuestro cerebro no está acostumbrado a prestar tanta atención a ese nivel de detalle.
  • La barrera de la autoexigencia: Quieren identificar todo a la primera y se sienten “malos músicos” si no lo logran. La paciencia y la práctica constante son clave.
  • La abstracción de los conceptos: Entender teóricamente qué es un intervalo de quinta es una cosa; reconocerlo al vuelo en medio de una canción es otra muy distinta. Se necesita pasar de la teoría a la práctica sonora.

Por otro lado, como profesores, nuestro mayor reto es “traducir” lo abstracto a lo concreto. No se trata solo de evaluar si un alumno acertó o no, sino de:

  • Guiarlos para que desarrollen su “oído musical” y que puedan imaginar un sonido antes de escucharlo o producirlo.
  • Encontrar o adaptar ejercicios que conecten con la música que les apasiona. El entrenamiento auditivo no debe ser un castigo, sino una aventura de descubrimiento.
  • Personalizar la enseñanza. Es necesario que comprendamos como docentes que, cada oído es único y así como algunos tienen facilidad para la melodía, otros lo tienen para el ritmo. Por eso nuestra labor es detectar esas fortalezas y usarlas para trabajar las áreas de oportunidad.

Ya que la teoría sin práctica se queda en el aire, en esta oportunidad hemos preparado dos ejercicios para que comiences a calentar tus oídos desde hoy mismo. ¡Puedes repetirlos todas las veces que quieras!

Ejercicio 1: Identificación de Sonidos Ascendentes y Descendentes
¿Eres capaz de percibir la dirección de una melodía? Este ejercicio te ayudará a afinar esa percepción básica y fundamental.

Ejercicio 2: ¿Mayor o Menor? ¿Ascendente o Descendente? Identifica el Color de la Escala y su Dirección.

La diferencia entre una escala mayor y una menor es uno de los contrastes más esenciales en la música occidental. ¿Puedes sentir la diferencia emocional?

La música es un viaje de por vida, y desarrollar tu oído es una de las partes más gratificantes de ese viaje. Cada pequeño logro, como identificar correctamente un intervalo o reconocer un acorde, abre una nueva puerta de comprensión y placer musical.

Ahora cuéntanos, ¿Cómo ha sido tu experiencia con el entrenamiento auditivo? ¿Recuerdas la primera vez que lograste “adivinar” un acorde o una melodía? 

¡Comparte tus historias y tus mayores retos en los comentarios de nuestro blog o en nuestras redes sociales! Nos encanta leer acerca de sus experiencias y crear una comunidad de aprendizaje. Y si crees que este post puede ayudar a algún amigo o conocido amante de la música, no dudes en compartirlo.

Si después de leer esto y hacer los ejercicios sientes curiosidad por llevar tu oído al siguiente nivel de una manera guiada, estructurada y sobre todo muy práctica, tenemos algo para ti.

En ESAI Online, hemos diseñado cursos de Entrenamiento Auditivo en 4 niveles de profundidad. Son cursos básicos, perfectos para iniciarte pero con un enfoque tan sólido que notarás una diferencia real en tu manera de hacer música. Desde superar esos primeros retos de identificación de sonidos, hasta poder reconocer progresiones armónicas completas, te acompañamos en cada paso.

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¡Nos vemos en el siguiente post, y ojalá también en el aula! Sigue haciendo música.

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